Los espectros de Nueva Ámsterdam: el viaje del Errante. Cazador, 2019.
Y para terminar el recorrido por 2019, en el mes de noviembre salió a la venta mi novela más extensa, la que más tiempo he tardado en escribir pero al mismo tiempo una de las que estoy más orgulloso.
Siempre digo que no me gusta volver a leer novelas ya publicadas, es una sensación extraña, pero a ‘Los espectros de Nueva Ámsterdam’ volvería una y otra vez.
Siete años de investigación, documentación, planificación y desarrollo, incontables horas de escritura y revisión, dieron forma a una novela río, coral y llena de matices, que transcurre en un futuro tan lejano como reconocible.
La base es la novela negra, ya que trata de un preso que se ha escapado de la cárcel y de los policías que han de localizarle, y el hecho de que se acerque a la ciencia ficción futurista es más una cuestión de contexto que otra cosa.
Me apetecía explorar las consecuencias del cambio climático y las amenazas sanitarias que pudieran estar por venir, y para eso era útil alejarme mucho en el tiempo. A la vez, quería plantear qué pasaría si en el futuro la Humanidad tuviera que abandonar el planeta por falta de recursos. ¿Se podría ir todo el mundo? ¿Se quedaría alguien?
Y decidí desarrollar ambas situaciones: cómo vivirían los que se van y cómo vivirían los que se quedan. Para ello diseñé una trama policial y política paralela entre un planeta Tierra desolado y seco y una ciudad hipertecnificada en una colonia humana que situé en Marte. Y con todo eso y un ramillete de personajes que me encantan, agité la coctelera.
‘Los espectros de Nueva Ámsterdam: el viaje del Errante’ cabalga entre Blade Runner y Mad Max, los gira y retuerce y resulta una experiencia apasionante y muy divertida. Es larga, lo sé, y me costó muchísimo escribirla, terminarla y publicarla, pero es mi debilidad y les animo a leerla.
Gracias una vez más a Cazador por la valentía de editarla.
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