Parece que fue ayer cuando llegué a Sevilla y el librero de Sensei Cómics puso en mis manos el primer ejemplar de Última parada: la casa de muñecas. Parece que fue ayer, sólo que entre aquel día y éste han pasado dos meses. Casi diría que es poco tiempo, al verlo así escrito, pero en ese periodo Matt, Damián y yo hemos recorrido, a ver si no me olvido, Sevilla, Tenerife, Bilbao, Lanzarote, Madrid, Las Palmas, Gijón, Barcelona, Avilés... Dios mío.
Yo creo que ha merecido la pena o, al menos, ha sido la mejor manera de llevaros este libro, este pedazo enorme de ilusión, y dároslo a conocer. Quizá de otro modo la novela no habría funcionado. Y lo mejor que puedo decir es, a tenor de las primeras críticas, que Última parada: la casa de muñecas funciona.
Y la última parada de nuestro recorrido ha sido, hasta ahora, el festival Celsius 232 de Avilés, unas jornadas a las que llegué con bastantes kilómetros encima, mucho cansancio acumulado, y sobre todo un montón de ganas de divertirme.
Pues vaya manera de cumplir, no, superar, las expectativas. El Celsius ha sido un éxito rotundo en sí mismo, más allá de la presencia de George RR Martin, una fiesta de la literatura como creo no haber visto nunca, más intensa aún, en su abrumadora programación de contenidos que la Semana Negra. Doy por sentado que organizar y llevar a buen puerto un evento así debe haber costado un mundo, así que no voy a tardar más en felicitar de corazón a los organizadores y colaboradores, porque todo ha salido mejor de lo esperado.
Lo he pasado genial en cada charla, en cada presentación, en cada sesión de cine al aire libre, pero sin lugar a dudas este el festival quedará en mi recuerdo como aquel en el que conocí a un montón de escritores, ya amigos, nuevos, el festival de firmar contratos en servilletas, el del reconocimiento y el de presentar a todo un clásico del terror español, como Ralph Barby, en un auditorio petado, ¿verdad, Darío? Y es que de otra cosa no, pero de petarlo se habló bastante.
Para terminar quiero dedicar un aplauso virtual -plas, plas, plas- a todos aquellos que han convertido mi primera aventura en Avilés en un placer inolvidable (perdón por los despistes, pero es que sois un montón):
Elena Martínez, Darío Vilas, Ángel Luis Sucasas, Mamen de Zulueta, Nacho Cid y Almu, Daniel P Espinosa, Javier Cosnavas, ¡Víctor Blázquez, el de la tele!, Jorge Iván Argiz, Cristina Macías, Alejandro Castroguez y Vanessa Benítez, David Mateo, Manuel Martín, Ralph Barby, Alejandro Morán Roa, Carmen Cabello y Bárbara Hernández, Víctor Conde, Guillem López, Jesús Cañadas, Fer Alcalá, Helena Pons, Enrique Vegas, Diego García, Sergi Viciana y Susana Vallejo, la Guardia Real y George RR Martin, qué majete.
¡Hasta el año que viene!
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