Hace una semana estaba saliendo a correr para bajar peso, montando en bici estática, después de meses de inactividad por la fractura del brazo. El domingo lanzaba a Hugo por los aires. El martes amanecí en un albergue precioso y jugué billar y bádminton con los niños en el viaje de fin de curso. Al parecer en todos esos momentos, y en los que hubieran podido llegar, el tercio inferior, aún débil por la cirugía, de mi húmero izquierdo estuvo expuesto. Saltó en el peor momento, destrozado por una tensión brusca del bíceps y un mal giro.
Un segundo, un pestañeo, una decisión evitable.
Ahora vuelvo a postrarme el sillón, inútil, a tres días de volver al quirófano, por tercera vez en ocho meses, con la promesa de una placa metálica milagrosa y definitiva, de semanas de yeso y meses de rehabilitación, con un bebé en camino.
No tengo ganas de nada y pido disculpas si no me veis mucho por las redes y descuido cumpleaños, fotos, posts que normalmente atendería. Mañana sale mi nueva novela, y quizá os apetezca darle una oportunidad. Os contaré que tal la operación el lunes.
Gracias y abrazos a todos.
1 comentario:
Ups que mal, espero tengas mucho exito en esa operación y tengas una muy buena recuperación. Bendiciones para ti, y muchas salud.
Saludos.
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