jueves, 27 de diciembre de 2012

Reseña de Lantana, donde nace el instinto. De Darío Vilas..


Lantana, de Darío Vilas

Lantana
No tengo costumbre de reseñar novelas. Durante algún tiempo me metí con las películas pero resultaba sencillo porque no eran mías ni conocía a los autores ni me importaba un rábano lo que pensaran ellos de mis opiniones. Con las novelas es diferente porque, aunque por supuesto no reseño obras mías, en el fondo sí que lo son, dado que los magníficos escritores que las dan a luz son mis compañeros y amigos. Reseñar novelas ahora es un coñazo.

¿Qué pasa entonces, por qué reseño Lantana, donde nace el instinto? La respuesta es bien sencilla y tiene que ver con la fascinación que me causó el año pasado su predecesora, Instinto de superviviente. Me explico.

Soy muy mal lector de zombis, siempre lo he sido. No por ningún tipo de animadversión personal sino porque tengo, tenía, al muerto viviente por un monstruo demasiado rotundo y visual para las letras, siempre me encajó mejor en la pantalla que en el papel. Ahora sé lo equivocado que estaba y lo he descubierto, entre otros, gracias a Darío Vilas. 

Instinto de superviviente me cautivó por su originalidad en el planteamiento y por lo natural de sus personajes. No sólo me encantó de arriba abajo sino que me dejó el regusto de querer saber más acerca de sus lugares y sus criaturas, lo mejor que te puede pasar al terminar una novela. Lantana, donde nace el instinto da buena respuesta a muchas de las interrogantes que surgían de aquella primera parte y, aunque resultan historias independientes y no es preciso leer una para entender la otra, sí que creo que la mejor manera de disfrutar Lantana, donde nace el instinto es conociendo primero a dónde nos va a llevar lo que en ella ocurre.

No es habitual en la literatura de zombis contar con detalle el origen del caos, normalmente esos mecanismos se narran de pasada, quizá incluso en flashback o a través de referencias más o menos explícitas. Sin embargo a mí, cotilla sin remedio, es una de las partes de estas novelas que más me interesa. Sí, no disfruto tanto el mata-mata como el por qué se arma la marimorena y cómo devolver las cosas a su lugar. Sin duda mi raíz de novela policíaca me condiciona en este sentido.

Por eso lo que he encontrado en Lantana, donde nace el instinto es pura magia. El autor tiene entre sus manos, quizá sin saberlo, una historia potencialmente más rica que ninguna otra que trate el tema zombi. Puede pegarse el lujo de disponer de una novela entera para desgranar los principios de ese caos, para llevarnos de la mano por una maraña de sucesos, de intrigas y de causas que desembocan sin ninguna cortapisa en una madre del cordero brutal y arrebatadora. Lantana nos muestra el antes, el durante y el después, nos agarra y no nos suelta hasta dejarnos a puntito para que Instinto de superviviente nos siente ahora de una manera muy distinta.

Lantana, donde nace el instinto es, por tanto, una novela muy diferente a cualquier otra del género zombi, distinta a toda película o serie que haya tocado este monstruo y desde luego muchísimo más completa. Darío Vilas se esmera en una demostración rotunda de manejo de ritmo narrativo, de contención y sobre todo de una belleza en la prosa de la que pocas novelas de terror pueden presumir. Desde las primeras páginas uno nota que está ante un libro especial, que tiene entre manos una trama tan profunda como bien argumentada, que Darío ha investigado y se ha documentado, pero que además ha medido y cuidado cada palabra y ha conseguido el resultado de embelesar con cada una de las líneas. Alucinado me he quedado al encontrar tal deleite estilístico en una novela de terror.





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